Ser o no ser feminista, ese es el problema.


Vemos como diferentes puntos de vista en cuanto al rol que hombres y mujeres “deben” desempeñar en la sociedad han ido evolucionando. Nos hemos encontrado con ideas promedio y radicales, una manera de pensar completamente diferente de lo que la mujer “debe hacer y ser”.

En la historia han sido muchas de ellas las que han marcado un antes y después sobre ciertos temas específicos: la mujer como ama de casa, una madre soltera que debe trabajar para mantener a sus hijos, la mujer debe verse siempre femenina e impecable y muchas más; des-afortunadamente algunas ideas prevalecen en tiempos modernos, ya sea por cultura o por falta de ella, para los hombres en algunos casos que una mujer esté en un puesto “superior” al que ellos laboran es sinónimo de inferioridad, pero no es así, al contrario, ambos tienen el mismo valor sea la labor que ejerzan, lo que los diferencia son las habilidades que poseen y esto no se logra por la condición de ser hombre o mujer, sino por la preparación y perseverancia que han tenido a lo largo de sus vidas.

Pero volviendo al punto central, ¿Qué es lo que significa en verdad ser feminista? ¿Se ha perdido con los años el significado de este concepto o ha sido re definido? ¿Las prácticas actuales pueden ser consideradas feministas o han caído en anarquía? La definición que la RAE nos proporciona sobre este concepto es: Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.
No me parece ideal dar una definición establecida sobre lo que es ser feminista, pero puedo decirles que mi idea va orientada tanto como lo puede ver un hombre como lo puede sentir una mujer, lo siguiente es testimonio histórico, de lo investigado y experiencia:

Me preocupa mi manera de pensar, porque me vayan a juzgar, porque no voy a ser aceptada, porque las personas están llenas de prejuicios, porque todos quieren que piense igual a ellos, porque quieren que actúe igual a ellos aunque no necesitan decirlo con palabras con sus acciones lo dan a entender, sé que soy feminista porque quiero ser capaz de poder gobernar mi prlgopia vida con sabiduría, pero también puedo necesitar un consejo: de un amigo, mi papá, un hombre y está bien, lo pido porque necesito una nueva perspectiva, ayuda física porque siendo sincera si puedo cambiar una llanta pero no tengo la fuerza para empujar un auto.

Me encanta 50 cent y Kanye West, pero no dejo de obtener logros profesionales, personales y académicos por ello, no me hace menos, no me hace más. Eso depende de mi.

Quiero poder vestirme como a mí me gusta, soy feminista pero me encantan los vestidos, pintarme las uñas, maquillarme de vez en cuando, que no sea vea mi escote porque así me siento más cómoda, no necesito “enseñar” sólo porque las nuevas feministas así lo dictan, pero no voy a criticar a las que lo hacen. Quiero poder ser quién soy a veces desaliñada y otras veces con clase, sin que me critiquen: “ya vas con los mismos trapos” “maquíllate, andas una cara de sueño” “no necesitas usar eso para verte bonita” “tacones para mejorar tu forma de parte y caminar” “péinate” y otras cosas que no se dan cuenta, pero a la largan lastiman.

Es importante peinarse, pero a veces no lo necesito para que mi cabeza se vea bien, necesito que ahí dentro tenga algo importante: ideas, habilidades, cualidades y valores, una mente crítica pero que no critique; no viene mal saber algo ciencias, arte, religión, economía y política, leer el periódico que no sea de atrás para delante. Aunque no supiera de esos temas, está bien, pero tampoco hablar de lo que no se cómo si Einstein hubiera reencarnado en mí, un poco de Vogue y Cosmopolitan está bien, pero de vez en cuando.

No creo justo siendo mujer, criticar a otra por abortar, puede que la hayan violado, que sea menor de edad, o que su “bebé” ya no tenga vida estando dentro de ella; sin embargo, me parece injusto que por no cuidarse como deben otro tenga que pagar el precio. Cada cuerpo es diferente, cada mente también, pero hay que estar conscientes de lo que se hace para bien y que no.

Tengan una mente abierta porque ser feminista no se trata de andar por la calle desnudas rompiendo paredes y agrediendo con palabras o golpes a personas que no nos aceptan, se trata de apoyarnos entre nosotras, aprender a ser humildes aceptando que al igual que fortalezas tenemos debilidades, y está bien, es lo normal, es natural, aprender que tenemos la capacidad de potenciar nuestro cerebro al máximo, lo único que nos hace más o menos que otras personas, es nuestra autoestima y tenemos que aprender a equilibrarla. Los hombres también merecen ser escuchados, no todos son iguales, pero hay que aprender a observar. Aprendamos a amarnos como somos y ese momento va a ser el más feliz de nuestras vidas.

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